viernes, 28 de agosto de 2009

Más vale tarde que nunca.

Sin duda, no siempre que se asesina a una persona homosexual el motivo es la homofobia. Todos estamos expuestos a que nos maten por quitarnos el coche o 1,000 pesos. Lo que es un hecho es que, según la Comisión Ciudadana Contra los Crímenes de Odio por Homofobia, se han registrado 332 ejecuciones homofóbicas en los últimos 9 años, pero incluso cuando era evidente que la causa del asesinato había sido la orientación sexual de la víctima y la homofobia del asesino, era casi imposible probarlo legalmente ni usar eso como agravante como lo son la alevosía o la premeditación. Claro, y eso nos llevaba al típico "crimen pasional", o "él se lo buscó por andar de puto", frases con la que nuestros honorables Ministerios Públicos se sabana de encima el problema y lo procesaban casi como un delito menor.
Pero les tengo noticias. Nos tardamos como mil años en civilizarnos en este aspecto, pero al fin lo hicimos.
Con 39 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó la reforma al artículo 138 del Código Penal del Distrito Federal, lo cual permite considerar agravante en un homicidio “el hecho de que el agente actúe contra la dignidad humana y teniendo como objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.
Ahora, según la ley, se considera crimen de odio si se comete "en razón de cuestiones de sexo, discapacidad, orientación sexual, identidad de género, xenofobia y antisemitismo".
Rebeca Pereda, diputada del Partido Nueva Alianza, calificó como una “vergüenza” que en el siglo XXI se cometan este tipo de crímenes en los que prevalece el odio hacia los seres humanos. Lo interesante es que incluso los diputados del PAN, que normalmente quisieran quemar vivos a todos los "jotos", votaron a favor de esto.
Menos mal. Parece que, a pesar de los Pejes y Juanitos que pululan, de repente queremos dejar de ser una república bananera.
http://anodis.com/nota/14575.asp#

viernes, 14 de agosto de 2009

Homofobia Interna: ¡qué difícil es ser yo!

Pues sí, cuando el tema es homofobia normalmente pensamos en heterosexuales ignorantes, fanáticos retrógradas, beatas de iglesia, católicos recalcitrantes o especímenes de esa calaña, pero casi nunca nos miramos en el espejo y reflexionamos acerca de nuestra propia homofobia, ya sea dirigida a nuestra persona o a otros gays. Oh, sí. Y a veces es mucho peor que la del peor "mata-putos".

Los que saben la llaman
Homofobia Interna o Internalizada y básicamente la definen como "la forma de autocastigarnos por permitirnos vivir y pensar como los demás dicen que no debemos".

Se origina en todos los prejuicios, reglas, tabúes, ordenamientos, preconcepciones e ideas sociales y familiares acerca de la homosexualidad que oímos, absorbemos, procesamos e incorporamos desde que estamos chiquitos. Y es que ¿quién no escuchó mil veces en su casa un chiste de jotos "que me acaban de contar y está buenísimo"? ¿O quién no oyó a sus papás hablar mal, con desprecio o conmiseración del "jotito de la casa de al lado"? ¿A cuántos no nos preguntaron: "¿Cómo te puede gustar ese maricón", cuando escuchábamos o veíamos a Juan Gabriel, Miguel Bosé o alguno de ellos?

Dicen que "una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad", y eso es lo que nos pasa con todo este sistema de ideas que sustentan la homofobia: a fuerza de escucharlas, repetidas por aquellos a quienes admiramos y de quienes aprendemos (padres, hermanos, maestros), pues acabamos por adoptarlas y creerlas... con el pequeño detalle de que todo ese cúmulo de agresiones en el que incluso llegamos a participar, de repente un día deja de estar dirigido solamente al "jotito de la casa de al lado" y comienza a agredirnos a nosotros mismos, cuando descubrimos que de Justin Timberlake nos gusta algo más que su música.

La que sucede entonces es el proceso de nuestra propia aceptación (un tema del que luego hablaremos más ampliamente). Y claro, después de eso, todos juramos que estamos "super aceptados", porque somos muy modernos, bien cosmo, muy viajados y casi, casi de Primer Mundo. Pero en el fondo seguimos frustrados, sintiéndonos como con un "defectito" que hay que compensar siendo super exitosos, super perros o lindos, lindos, lindos al límite de la estupidez. Todo esto tiene su origen en la desvalorización que tenemos de nosotros mismos... por ser gays. En el fondo, valemos menos que nuestro hermano, primo, amigo, compañero o jefe buga, ¿no? Y, aunque lo neguemos bajo tortura china, en el fondo nos encantaría ser bugas para que no nos tengan que "aceptar", "tolerar" o cualquira de esas palabritas que implican el "no me queda de otra"...

Por eso seguimos sintiéndonos super bien cuando nos dicen que "(casi) no se nos nota". Por supuesto respetamos muchísimo a las "loquitas" y a quienes son muy amanerados, pero la neta que no "me gusta juntarme con ellos". ¿No les suena familiar? ¿Algo así como cuando un buga dice "yo respeto a todo el mundo, pero no me junto contigo"?

Alguna vez me tocó uno que decía que "él no besaba, porque eso no es de hombres (????)", pero me lo encontré en un bar gay y no tenía nigún problema con meterse a la cama con otro wey. O el típico que "sólo es activo" porque él es "bien macho"... ¿Y qué tal los que salen con "a mí no me gustan los bares gays, prefiero los que son mix?

¿Y qué tal esos a los que les choca el activismo, porque no entienden aquello del "orgullo gay"? "¿Cómo se puede estar orgulloso de ser gay?", preguntan, sin entender que de lo que se trata es de estar orgulloso de quien eres, no de lo que eres.

El argumento de siempre: los bugas no van por la calle diciendo "Hola, soy heterosexual" lo usan aquellos (cada vez menos, afortunadamente) que se ponen muy malitos cuando se habla de la salida del clóset. Es cierto, los bugas no dicen eso, pero sí te hablan de su novia/esposa, tienen la foto en el escritorio y se le quedan viendo a la secre, comentando lo buenas que tiene las pompas. De igual manera, nadie habla de "Hola, soy gay", pero ¿por qué no ser igual que los bugas y poner la foto del novio en la oficina, presumir al chavo que acabas de conocer o comentar lo bueno que está el proveedor que se acaba de ir? Ahí no, ¿verdad? Ahí sí, "de eso no se habla ".

Lo curioso del asunto es que, muchas veces, los mismos gays somos más mala onda con nosotros que los heterosexuales, los cuales no tienen mucho problema con nosotros. Y todo porque inconscentemente le echamos la culpa de nuestras desgracias a esa orientación sexual que nomás no acabamos de aceptar y que, muchas veces, no tiene absolutamente nada que ver con que no nos aumenten el sueldo, no encontremos pareja o tengamos broncas con la familia. Quizás la cuestión es comenzar a valorarnos más, y a desechar esas ideas que refuerzan la mala imagen que tenemos de nosotros mismos. ¿Será?

jueves, 6 de agosto de 2009

Y todavía dicen que no hay homofobia en México...


Según datos recopilados por Letra S
(http://www.letraese.org.mx/numhomofobia.gif):


66%
de la gente no compartiría el techo con un homosexual. (1)

71% de los jóvenes no apoyaría los derechos de los homosexuales. (2)

30% de los y las homosexuales sufrió burlas y humillaciones durante su infancia y adolescencia.

8% sufrió violencia física. (2)

21% no ha sido contratado en un trabajo por ser homosexual. (3)

30% ha sido acosado por la policía por ser homosexual. (3)

290 asesinatos de homosexuales se han registrado entre 1995 y 2003: 275 hombres y 15 mujeres. (4)

876 ejecuciones por homofobia en 9 años, si tomamos en cuenta que por cada caso registrado existen 2 que no se registran. 97 ejecuciones al año, 8 cada mes. (4)

(1) Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, 2001. SEGOB/IFE.
(2) Encuesta Nacional de la Juventud, 2000. Instituto Mexicano de la Juventud/SEP.
(3) "La relación entre opresión y enfermedad en lesbianas, bisexuales y homosexuales", 2001. UAM-X
(4) Informe preliminar de la Comisión Ciudadana contra Crímenes de Odio por Homofobia, 2003, a partir de un seguimiento hemerográfico de 15 medios en 7 entidades del país.

martes, 4 de agosto de 2009

¡Qué mello!


Pues ya que vamos a hablar de homofobia este mes, empecemos por definirla, pues incluso entre nosotros los gays luego salta cada definición...

Una fobia es un miedo, odio o rechazo intenso, desproporcionado e irracional ante objetos o situaciones concretas como, por ejemplo, a los insectos (entomofobia) o a los lugares cerrados (claustrofobia) o a los extraños (xenofobia).

En cuanto a la homofobia, el pequeño Larousse la define como "rechazo de la homosexualidad, hostilidad sistemática hacia los homosexuales".

¿Por qué? Bueno, contra lo que muchos piensan, un homofóbico no necesariamente es una gay de clóset que no se acepta y que por eso medio mata al primer hombre que no camine derechito. Sí, claro, hay casos así, pero la única constante es la ignorancia.

Normalmente nos da miedo lo que no conocemos, lo que no sabemos manejar. Y si a eso le sumamos la cháchara incongruente de la mayoría de las religiones en contra de cualquier cosa que se salga del huacal, y los estereotipos que Televisa, TvAzteca y en general los medios se han empeñado en perpetuar sobre los "maricones", pues ahí tenemos el que en la mayor parte del país todavía no se pueda ser gay sin temor a que te corran de tu casa, te deshereden, te despidan del trabajo o un día te dejen medio muerto en un callejón.

Como bien dice Letra S, la homofobia es toda una epidemia, como el sida y la influenza. Y como éstas, hay que combatirla.

http://www.letraese.org.mx/homofobia.htm

lunes, 3 de agosto de 2009

Israel: un nuevo tipo de terrorismo.


El fin de semana pasado un desconocido (y hasta el momento, desaparecido) terrorista abrió fuego en un centro social de Tel Aviv, matando a dos personas y dejando más de una decena de heridos.

Esta noticia no llamaría mucho la atención si no fuera porque, esta vez, no parece haber sido un atentado por razones políticas.

El hecho de que el lugar sea de la Asociación de Gays y Lesbianas de Israel en Tel Aviv, una ciudad conocida como la Meca gay del Medio Oriente (y una de las más gay friendly del mundo), hace pensar a todos, incluyendo los especialistas -de los cuales sobran por allá- que el motivo fue básicamente el odio por homofobia. Recordemos que ya durante la Marcha Gay de Jerusalém había habido ataques a la comunidad gay israelita, algo nada extraño en un país que, como México, es profundamente religioso, y que cuenta con un buen número de fanáticos recalcitrantes.

Finalmente, aunque es una religión diferente, a las religiones judeo-cristianas sólo les gana el Islam en su intolerancia hacia la homosexualidad.

Lo maravilloso del asunto es que más de un millar de personas marcharon en protesta por el atentado y en solidaridad con la comunidad gay israelita bajo el lema de “No tenemos miedo, no nos amilanamos”, e incluso en la mismísima Jerusalén hubo actos de solidaridad y de protesta.

Por supuesto el asesino sigue libre, aunque las autoridades ya están tras él. esperemos que se apliquen de verdad, pues a los servicios secretos y de seguridad israelíes no les creeríamos el cuento que nos echan siempre acá en México de que: "no lo encontramos"...

Incluso el presidente Shimon Peres ha condenado públicamente el acto, calificándolo como un "crimen que una sociedad ilustrada y culta no puede aceptar".

Varias cuestiones: en Israel se lanzan a la calle por dos muertos y 15 heridos. ¿Qué vamos a hacer en México con las casi 900 muertes registradas de odio por homofobia? Por otra parte, ¿veremos algún día a Felipe Calderón, o a algún político, pronunciándose en contra o, al menos, hablando del tema?

http://twitter.com/MexicoGayTwit